Spencer Kagan
Dos mujeres están en la orilla de un río, de corriente rápida, que se está llevando a un hombre que lucha por mantenerse a flote y acercarse a ellas. Ambas mujeres saltan al agua y rescatan al hombre. Mientras las valientes rescatadoras atienden a la víctima, la corriente lleva hacia ellas un segundo hombre, también desesperado y gritando auxilio. De nuevo, las mujeres se meten en el agua al rescate. Mientras sacan a la segunda víctima, divisan a un tercer hombre agitando los brazos. Una mujer se mete en el agua para salvar a la última víctima. Se da la vuelta y ve a la otra mujer yendo corriente arriba. "¿Por qué no me ayudas?", grita. "Estoy ayudando", responde la otra mujer. "Estoy yendo a ver quien los está tirando al agua."
En esta historia a la primera vista simplemente entretenida se esconde la moraleja o, mejor dicho, tiene muchos significados. Es decir,se puede interpretar de una manera o de la otra. Sin embargo, intentaré explicar cómo la he entendido yo en las ramas de enseñanza, pues este blog está dedicado a lo qué es la educación y los diferentes métodos de simplificar y mejorarla. Spencer Kagan quiere enseñarnos con este cuento que los problemas sí que son importantes,pero siempre es necesario acudir a la raíz, entender de dónde proviene la dificultad. Sólo de este modo será más fácil resolverlas. En este caso las mujeres intentaban salvar a los hombres, poniendo en peligro sus propias vidas, pero sin comprender o sin ver qué es lo que realmente está sucediendo. Una de las dos mujeres cambió su conducta y fue a ver quién era el responsable de tirar a los hombres al agua. Es buen ejemplo de comportamiento en las situaciones de apuro. "Mejor que aumentar la dosis es cambiar el tratamiento".
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